lunes, 13 de mayo de 2013

La Gaviota eterna. Regata infinita. 4.05.2013



50 millas náuticas: Getaria – Plataforma gasera La Gaviota, al norte de Matxitxako – Getaria.
Realmente no sé si vale la pena contarla. No porque quedáramos los últimos (solo por delante de los retirados, pero sin esa cobarde deshonra…) sino por la escasez de incidencias emocionantes que den lugar a un relato un poco ameno.

La verdad es que desde las doce del mediodía del sábado hasta casi las dos de la mañana del domingo pasaron casi catorce horas de regata que se podrían resumir en tres capítulos: 

1.       La ida: Viento inicial muy flojo de aleta, que fue subiendo hasta mantenerse muy constante entre los 8 y los 12 nudos de real, que nos permitió ir hasta la boya de La Gaviota con espinaker y virar la boya poco antes de las cinco y media de la tarde.

2.       El regreso hasta la altura de Deba: rumbo directo de ceñida, con pequeñas roladas y manteniendo velocidades próximas a cinco nudos.

3.       Las últimas cuatro millas: cuando se apagó la luz del día y empezaron a encenderse las luces de la costa, vino la gran encalmada. 

Lo cierto es que el buen tiempo climatológico y la facilidad de mantener rumbos casi directos, con viento muy entablado tanto a la ida como a la vuelta, hizo que la regata fuese muy relajada y agradable. No nos cansamos mucho trimando el espí ni nos agotamos tampoco haciendo bordos en la ceñida de regreso. Comimos y bebimos bien y sin agobios, charlamos, contemplamos y disfrutamos, sin perder, por supuesto, atención a las velas y al rumbo. 

Cuando volvíamos, aproximadamente a la altura de Ondarroa, hacíamos a bordo cálculos y conjeturas sobre si llegaríamos a meta incluso antes de las 10 de la noche. ¡Qué ilusos!

A eso de las 9 pm respondía al mensaje de un amigo diciendo: nos faltan 8 millas para llegar a la boya del Ratón de Getaria.

A las 12 pm le respondía de nuevo: nos falta 1,5 millas para la boya del Ratón de Getaria. En tres horas habíamos avanzado 6,5 millas. 

De ese momento hasta la meta serían aproximadamente 2 millas y tardamos una hora y tres cuarto en hacerlas. Desde la boya del ratón hasta la línea de meta fuimos prácticamente impulsados solamente por la pequeña ola de fondo que había. La corredera marcaba casi todo el tiempo 0,5 ó 0,00 nudos. El Gps en torno a 1 nudo. Y el anemómetro entre 0,0 y 1,5. 

No nos retiramos, a pesar del tedio, del aburrimiento y de que nos estábamos quedando fríos. La tripulación, especialmente Josu, se puso chula y determinó que después de tantas horas de navegación no era honroso retirarse sin terminar la regata. ¡Así lo hicimos!, para nuestra propia satisfacción y para que nos digan con razón que estamos mal de la cabeza, ¡je, je…!

Esta es la enésima vez que paso por esta experiencia terminando así de mal. Es una regata en la que los barcos rápidos suelen tener clara ventaja, a pesar de la compensación por Rating. El viento en esta zona es muy raro que aguante tantas horas y, salvo algún año en el que ha ocurrido lo contrario, el viento suele desaparecer al fin del día, cuando los barcos rápidos ya han terminado la regata. ¡Qué se le va a hacer! 

Al fin y al cabo el sistema de compensación por coeficientes es el menos imperfecto que se puede establecer y queda siempre una componente de factor suerte, que inclina la balanza unas veces a favor de los más rápidos y en otras a los más lentos. El año próximo se nos habrá olvidado la parte desagradable del episodio y seguramente volveremos a participar. ¡Es que el vicio es el vicio!.

Ver clasificación de la regata:

No hay comentarios:

Publicar un comentario