martes, 28 de mayo de 2013

7ª Regata Olarru Cup 2013 y Campeonato de Guipuzcoa (18/05/13).



Durante la semana pasada estuve un poco ocupado, con pocas ganas y malas condiciones para ponerme a escribir. Me operaron de cornetes y tabique nasal y estuve ingresado de martes a jueves en la Policlínica, en Donostia. Todo parece que va bien, ya respiro mejor y estoy menos molesto que en los días de clínica. Así que voy a contaros la última puñetera regata, la del día 18, puñetera de verdad. 

La regata era el campeonato de Guipuzcoa (que ya tradicionalmente se organiza en Zumaia) y al tiempo puntuaba para nuestra clasificación en la liga Olarru Cup. Dos categorías con diferente recorrido y distinta clasificación: IRC y Open. Los de IRC harían “bastones” barlovento sotavento en varias mangas distribuidas en el sábado y el domingo. Los de Open una sola travesía de ida y vuelta, de Zumaia al emisario de Zarautz, el sábado 18. Así que la regata que voy a narrar es esta última, en la que estábamos con el Trapaia.

Las condiciones meteorológicas eran como para detenerse a pensar antes de salir. Fuerte marejada, viento del oeste de fuerza 4 a 6 y amenaza de lluvia. Malas condiciones para usar el espí hacia el emisario con riesgo de romperlo o de enredarlo, con tanta ola. Y sobre todo prometía ser un “delicioso, agradable y tranquilo paseo” de regreso, en ceñida contra ola y contra viento, bajo la bendición de la lluvia.

La tripulación del Txiripa (Esther y Patxi) lo pensaron hasta el último minuto y finalmente decidieron no salir. 

6 barcos en la línea de categoría Open: Maixu, D&J, Geldi-Geldi, Arriero, Trapaia y Baobab (este último competía en Open para el campeonato de Guipuzcoa pero no es participante de la Olarru Cup).

En el Trapaia 3 tripulantes: Eneko Sainz, Joxean Egaña y el que suscribe. 

La pre-salida se nos hizo eterna. Esperando a que los “formula1” (que tenían su salida antes que nosotros) tuvieran su boya de barlovento en el punto exacto y sin garrear (¡Como se complican la vida para que todo sea super-técnico!) estuvimos más de media hora dando vueltas y cansándonos tontamente en una mar poco agradable y sin atrevernos además a probar diferentes salidas, porque no sabíamos donde se iba a colocar la boya de desmarque y porque en cualquier momento se podía dar la señal de procedimiento para los barcos de IRC y no debíamos estorbarles. Francamente creo que hubiera sido mejor que nos diesen la salida antes a los Open, y que después dedicasen media tarde si les apeteciera a colocar la boya de barlovento en el mismísimo origen del viento más menos un grado. Es mi única queja de la organización, que por lo demás no merece sino alabanzas y gratitud, porque estuvo muy bien. 

Para hacerse una idea de las condiciones, baste decir que toda la pre-salida estuvimos navegando con un rizo en la mayor y con la Génova enrollada. En esas condiciones alcanzábamos velocidades superiores a 6 nudos en cualquier rumbo, salvo afrontando las olas totalmente de proa.

Por fin salieron los IRC y nos tocaba a nosotros acercarnos a la línea. ¿Dónde está la boya de desmarque?. A media milla en dirección al viento, nos indican desde el Comité. Deberíamos verla pero con las olas la perdíamos de vista. Desenrollamos la Génova dejando una o dos vueltas sobre el stay y aún con un rizo tomado en la mayor. Dije:   Lo que más deseo en un día como hoy es no romper nada. Me importa más que ganar la regata. 

Estábamos al norte de la línea y decidimos salir desde esa dirección amurados a estribor y hacer una sola virada, para ir a dejar la boya de desmarque por estribor. ¡Un minuto para la salida! El Baobab de Xanti Orlando (un Bongo 960 rojo que corre que se las pela) se puso a nuestro costado por sota. Ante el peligro de que nos sacase de la línea amollamos las dos velas y le dejamos pasar para salir pegados a su popa. En pocos minutos nos dejó bastante atrás. 

Según lo previsto, hicimos prácticamente lo mismo ambos barcos, para ir en dos bordos de ceñida a la boya de desmarque. A partir de ahí decidimos también igual que ellos continuar con el aparente de través en dirección nordeste para ganar barlovento, que nos permitiese tomar rumbo directo a la boya del emisario con buen ángulo de viento, ya que para ese momento teníamos tomada la decisión de no izar el spinnaker.  

Anoto aquí que “por si acaso…” habíamos trincado la bolsa de espí en la amura de babor y dispuesto las escotas, tangón, etc en orden de maniobra, por si decidiéramos utilizarlo. Nos costó cara esta decisión tan “previsora”.

El rumbo al emisario fue casi un descanso rápido y tranquilo, con la ola y el viento por la aleta y con todo el trapo desplegado, ya sin rizos. Navegábamos a 7,5 u 8 nudos con puntas de hasta 10. Pero solo pensábamos en lo que nos esperaba para regresar. 

Al emisario llegó primero el Baobab, seguido por el Arriero, el Trapaia y el Geldi-Geldi . Los tres últimos muy juntos. En Trapaia estábamos contentos, porque con la diferencia de rating no nos ganaba ni el Arriero en tiempo compensado. ¡Íbamos bien!. Viramos la boya y empezó lo difícil.

Ya en plena ceñida y tras un par de millas de dura pelea con el viento y con las olas el Geldi-Geldi consiguió alcanzarnos, pero no nos pudo rebasar y poco a poco volvimos a dejarlos retrasados. Nos acercamos mucho al Arriero y navegamos mucho tiempo sin perder distancia. 

El viento aparente oscilaba entre los 15 y los 28 nudos. Había momentos en que la escora hacía pensar en tomar rizos, pero como se trataba de rachas poco duraderas era claramente más rentable aguantar las rachas incluso largando mayor momentáneamente, y volver a cazar en cuanto la racha aflojaba un poco. La ola era realmente incómoda, picuda, irregular, corta, de pantocazo y roción, con la regala muy frecuentemente sumergida. ¡Pero estábamos haciendo una buena regata!

En un momento dado, no sabemos que mejoró el Arriero o que empeoramos nosotros, o si cambió algo la mar (ola  creciendo… peor para el barco más pequeño) pero se nos fue alejando. El Geldi-Geldi seguía detrás. Tomamos la decisión, que demostró ser poco acertada, de virar y hacer un bordo antes que ellos. Calculando los ángulos nos pareció que casi podríamos llegar a meta. Pero el otro bordo era de través a la ola y el abatimiento era muy importante. Arriero entró y después el Geldi-Geldi que hicieron ambos un bordo inicial más largo y alcanzaron directamente la meta. Nosotros tuvimos que alargar muchísimo el segundo bordo hasta tener a tiro de un tercer bordo la línea de llegada. ¿Qué línea de llegada? ¡Ja, ja, ahí la rematamos!

En la reunión previa no nos enteramos bien de cómo era la línea de llegada. Con buen criterio, el comité había dispuesto que el barco de comité estuviera en medio de dos líneas de llegada: por su lado sur la entrada de los IRC y por su lado norte la de los Open, de forma que no hubiese problemas de estorbo o de colisiones entre barcos de las dos regatas. Pero nosotros no nos enteramos. Para más ridículo resulta que lo dijeron repetidas veces por la radio, pero a nosotros nos había saltado el dial al canal 16 cuando los franceses transmitieron un “securité” y por lo visto se quedó en el 16 hasta  que nos dimos cuenta al terminar la regata. No nos enteramos de nada. Nos extrañaba no oír los “Top” de entrada, pero no se nos ocurrió que podíamos estar fuera del canal de la regata. 

En consecuencia: fuimos a entrar por el lado del comité por donde habíamos tomado la salida, que ahora era la entrada para los IRC. Desde el barco del comité se apresuraron a indicarnos por donde debíamos entrar, pero estábamos un poco aturdidos y confusos y no lo comprendíamos. Vino la Zodiac que se había encargado de las boyas a explicarnos por donde debíamos entrar y por fin ¡Lo entendimos! 

Perdimos bastante tiempo. Desde aquí doy las gracias al comité por su comprensión y tolerancia y pedimos disculpas por nuestro despiste. 

Bueno, aún con nuestros errores y despistes, ni el Arriero ni el Geldi-Geldi nos sacaron suficiente tiempo para ganarnos. Solo nos ganó el Baobab que hizo una regata fulgurante de principio a fin. ¡Enhorabuena, Baobab!. Pero como el Baobab no puntúa para la Olarru Cup, a este efecto ¡Trapaia 1º!

Pero aquí no terminó esta puñetera regata. ¡No señor!

Enrollamos la Génova, encendimos motor y nos disponíamos a entrar en la bocana, para arriar cómodamente la mayor al socaire del espigón; cuando vimos a la tripulación del  Arriero haciendo señas evidentes con los brazos solicitándonos ayuda. Nos acercamos  tan rápido como pudimos. Cuando llegamos cerca del Arriero nos explicaron a gritos y por señas que no tenían radio ni podían arrancar el motor. Nos pidieron que llamásemos nosotros al Geldi-Geldi (más adecuado por tamaño y potencia para remolcarles) Lo intentamos pero Geldi-Geldi no recibía la llamada. Creo que fue entonces cuando Eneko bajó a la cabina y al usar la radio se dio cuenta de que había estado casi toda la regata en el canal 16.
Nos ofrecimos nosotros a efectuar el remolque con el Trapaia, pero antes deberíamos arriar la vela, que nos restaba agilidad de maniobra. Les dijimos que esperasen. Entramos detrás del espigón, arriamos y volvimos. No se fiaban demasiado de que el Trapaia les pudiera remolcar con seguridad, dado el estado de la mar y la peligrosidad de la barra de Zumaia, tanto mayor al  estar bajando la marea y coincidir con una fuerte riada debida a las intensas lluvias de los dos días anteriores. Después de un par de intentos de lanzarnos un cabo y con el peligro de abordaje al intentar aproximarnos tanto con aquel oleaje, decidieron que era mejor que avisáramos a la embarcación del comité, que con mayor potencia y agilidad les parecía más adecuada. Avisamos al comité que se encontraba retirando la boya de barlovento de la clase IRC y finalmente ellos les socorrieron. Realmente no les remolcaron a Zumaia, sino que les acompañaron a Getaria, donde la entrada es menos arriesgada, tanto para entrar a vela como para ir a remolque. 

Pero me he saltado un episodio que realmente es el que a mí me amargó el día. 

Cuando acudíamos a la llamada del Arriero, Eneko se desplazó a la banda con objeto de estar a punto para cobrar el cabo de remolque que los del Arriero tenían preparado para lanzarnos. Al asomarse a proa, de pronto gritó ¡AHÍ VA, SI NO ESTÁ EL ESPÍ! 

Efectivamente, el espí metido en su calcetín y en su bolsa que era nueva (porque la anterior la perdimos en una regata) todo había desaparecido de la cubierta. Dos mosquetones con sus respectivas cinchas, colgaban del guardamancebos, indicando el lugar donde estaba antes la bolsa con el spinnaker, que “tan previsoramente” habíamos preparado “por si tenemos que usarlo”. Las cinchas por supuesto estaban cosidas a la bolsa, pero alguna de las muchas olas que habíamos atravesado con la proa, las había arrancado de cuajo y se había llevado todo al fondo del mar sin que ninguno de los que estábamos a bordo nos hubiésemos dado cuenta. Parecía asombroso pero era real. No sabemos cuándo se perdió el espí. ¡Ahora que habíamos empezado a cogerle el puntito…! ¡Y yo que no quería romper nada hoy!

En fin, ya estoy pensando en pasarme a un asimétrico standard que veo que tienen un precio más asequible que los de a-medida y poner un botalón y tal vez un calcetín o un almacenador Facnor. Ya sabemos que un simétrico con su tangón y bien manejado (con tripulación) da mejor rendimiento en regatas, pero un asimétrico con calcetín o mejor con almacenador, lo puedo manejar en solitario y eso es realmente importante para mí, al margen de las regatas. Ya os contaré…

Ver la última clasificación de la Olarru Cup y la del Campeonato de Guipuzcoa en los enlaces:
Olarru Cup:
Campeonato de Gipuzkoa:

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