Con un pronóstico meteo de buen tiempo, buena mar y
escasísimo viento, nos enfrentábamos a una regata de travesía relativamente
larga: Zumaia-Lekeitio-Zumaia. No podía ser peor para competir sin spinnaker.
Digo mal, podría haber sido peor, porque el escaso viento previsto era de norte
girando al NNE y al menos eso hacía
pensar en un rumbo de ida más de aleta que de popa y en una ceñida abierta para
el regreso. Tal vez podría solventarse dignamente con la Génova. Pero una cosa
son los planes y las previsiones y otra distinta suele ser la realidad.
Tras la pérdida del espí simétrico estoy en el empeño de
adquirir un asimétrico, instalando un botalón, un calcetín, etc. Por eso ese
día pudimos disponer de un asimétrico usado para probar, procedente de un J80,
que en caso de funcionar satisfactoriamente podría ser adquirido a buen precio.
Aún no teníamos preparado el botalón, pero lo podríamos amurar en las roldanas
del ancla.
Y resulta que el comité, con buen criterio y previsión,
decidió, ya desde el día anterior, reducir el recorrido previsto, para que la
regata pudiera terminarse “antes de navidad”. Sería ida y vuelta desde Zumaia a
una boya situada frente al puerto de Mutriku. ¡Menos mal!
No tenemos ninguna experiencia con un asimétrico (nunca lo
he tenido ni en el Trapaia ni en mis barcos anteriores). Y no tuvimos
posibilidad de probarlo antes de la regata. El jueves lo izamos un momento en
el pantalán, para verlo y preparar las escotas. El viernes salí a navegar y las
condiciones eran buenas, pero estaba yo solo y el piloto automático averiado.
Solo y sin piloto no me puse a ello. Pero estaba claro que la del sábado iba a
ser una regata de las de paciencia, así que habría tiempo de izarlo y de
probarlo con tranquilidad. Así fue.
La salida, como era de esperar fue lenta, pero salimos muy
bien, contra toda costumbre. Eneko decía cuando cruzábamos la línea en primer
lugar con el Geldi-Geldi pisándonos la popa: “¿Es real esto? ¿Está pasando?
Pero pronto cambió el orden de las cosas. El Geldi-Geldi nos
paso y empezó a distanciarse. El iX y el Arriero, navegando más cerca de tierra
también nos adelantaron. Nosotros optamos por ceñir algo más y distanciarnos de
tierra. Veíamos más dibujo de rachas sobre el agua.
Un nuevo rival que parece va a ser duro, el Mastabakarra (el
nuevo barco de Josu Arano, que antes regateaba con el Teo Pen), intentaba
alcanzarnos y conseguía también adelantarnos. El Maixu también iba cerca de
costa a buena velocidad para el escaso
viento. Entre tanto veíamos que el Txiripa navegando aún más mar adentro que
nosotros tenía mejor viento y que los que habían arrancado con tanta furia por
tierra se iban quedando semi-parados.
Recuperamos un poco de la ventaja que nos habían tomado, pero al poco
tiempo todos quedamos flotando sin arrancada.
De pronto comenzó a soplar una ligerísima brisa del
suroeste. Sorprendente porque era lo contrario de todas las previsiones, pero
era real. Cambiamos de amura y, dada la dirección del viento, a los 5 minutos de
estar en esta situación empezamos a pensar en la necesidad de izar el
asimétrico (¡Que ganas de probarlo teníamos!). Tomamos rápidamente la decisión
pero, como era la primera vez, tardamos demasiado en ponerlo a trabajar y en
cuanto lo tuvimos, roló el viento retornando al noreste como antes. Perdimos un
tiempo precioso navegando prácticamente hacia atrás. El Txiripa nos recortó
toda la diferencia que le habíamos metido y se nos puso al par. El Mastabakarra
se había alejado por delante, pero en
nuestra opinión se estaba acercando demasiado a la costa.
Y resulta que la excursión al norte nos vino bien, porque
efectivamente encontramos un poquito más de viento que los que optaron por
dejarse llevar a la costa. Al poco
tiempo, el viento comenzó a orientarse entre el través y la aleta de estribor.
Decidimos volver a izar el asimétrico. Y al de mucho y cansino tiempo,
trabajando sin perder un segundo de atención con las escotas y el timón, para
intentar aprovechar el más mínimo soplo, estábamos (junto con Txiripa, que iba
con su lencería rosa, el espí simétrico) navegando despacio pero avanzando,
mientras otros, más adelantados o atrasado, pero más cerca de tierra apenas
conseguían moverse. Ibamos emparejados con el Txiripa y por delante estaban el
Arriero, el iX (que se retiró porque se le hacía tarde para cumplir con otros
compromisos) y el Gedi-Geldi. Los demás todos por detrás.
Cuando el GPS nos indicaba que estábamos a 1,5 millas de la boya de Mutriku, veíamos al Arriero que
navegaba a nuestro parecer muy a la derecha de la dirección de boya. Como en la
mar la vista a veces engaña nos parecía que se iban a Ondarroa, que estaban
rebasando la bocana de Mutriku, pero no nos fiábamos de nuestro punto de vista.
¿Tendrán mal las coordenadas?. Si se las hemos dado nosotros en el pantalán y
no las han apuntado, han tomado una foto del papel que nos facilita el comité…
No lo podíamos creer, pero nos lo creímos cuando vimos que volvían sobre su andadura
para ir a tomar la boya, mientras el Geldi-Geldi iba a rumbo directo y les
recortaba considerablemente la ventaja que le habían tomado.
En el Trapaia las cosas eran dificilillas. El spinnaker
asimétrico prestado pintaba claramente mal. No tenía ni las medidas ni las
formas adecuadas al barco. Pero aún con eso nos defendíamos honrosamente del
ataque del Txiripa y del Mastabakarra. Este último se iba ya quedando atrasado,
pero el Txiripa, con la lencería rosa, quería adelantarnos y finalmente consiguió
virar la boya por delante de nuestra proa. Entonces arriamos el espí y
empezó la carrera en ceñida. El viento
en ceñida provoca más aparente y el barco navega infinitamente mejor, pero
además la fuerza real aumentó lo suficiente para mantener un bonito ritmo,
entre 3 y 5 nudos de velocidad que nos pareció una bendición después de lo
cansino del viaje de ida.
Tras 5 horas y 20´ de regata (para recorrer unas 11 millas
náuticas), conseguimos dejar atrás al Txiripa y recortar bastante la ventaja
del Geldi-Geldi. Entró primero en tiempo real el Arriero, que después de una
regata que al principio parecía interminable, consiguió que le sobraran unos
pocos segundos para no agotar su tiempo límite.
El Geldi-Geldi, si embargo, a nuestro juicio cometió el
error de hacer el retorno muy cerca de tierra y veíamos claramente que su
velocidad era inferior a la nuestra, que hicimos el regreso prácticamente
surcando el track de la ida, literalmente por la misma raya del plotter, un
poco más alejados de costa que el Geldi-Geldi. En consecuencia ellos entraron
antes que nosotros en tiempo real, pero fuera de su tiempo límite. ¡Una pena!
Lo digo porque habían hecho una bonita regata y si hubiesen conseguido un mejor
tiempo de regreso podrían incluso haber ganado la regata.
Finalmente, solo 5 barcos conseguimos entrar dentro de
nuestros respectivos tiempos límite, por este orden: Arriero, Trapaia, Txiripa,
Mastabakarra y Maixu. Otros 4 barcos fuera de tiempo y otros dos retirados.
En tiempo compensado gana el Trapaia seguido en este orden por
Arriero, Maixu, Txiripa y Mastabakarra. En el siguiente enlace podéis ver los
tiempos y la clasificación de la 9ª regata, la general de la liga Olarru Cup y
otra versión de esta última tabla, eliminando los dos posibles descartes de
cada barco.
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