miércoles, 3 de julio de 2013

10ª Regata Olarru Cup 2013 (29/06). Trapaia con “espí” nuevo



Desde la infausta pérdida del spinnaker en la regata del Campeonato de Guipuzcoa, he estado buscando algo que lo sustituya ventajosamente. Un spinnaker asimétrico con calcetín que pueda manejar tanto con tripulación como en solitario. Esa vela requiere la instalación de un botalón que separe el puño de amura del  púlpito de proa, cuya prominencia es notable en el Trapaia. 

Tras descartar la idea inicial de poner un almacenador Facnor por su elevado precio y por algunos inconvenientes que no confiesa su publicidad, me dediqué a buscar velas y calcetines de segunda mano o velas nuevas asiáticas con medidas estándar, que tienen un precio muy competitivo y que te entregan en tu casa en dos días laborables, porque los distribuidores españoles las tienen en stock. 

Se me fueron pasando las semanas con tanto consultar, mirar, preguntar, comparar opciones de velas y diseñar distintos tipos de botalón para encargarlos en una calderería (los de Harken, Selden, etc. no me servía ninguno y son caros). Hago planos en mi viejo tablero de dibujo con lápiz y tinta china, no manejo Autocad y eso lleva su tiempo. 

La regata del día 15 la solventamos con un asimétrico que nos dejaron para probar, amarrado sin botalón al escobén de roldanas del ancla. Pero iba a llegar la siguiente (la del día 29) sin botalón y sin espí. El día 18 me puse las pilas y tomé dos decisiones: 

1.       Simplifiqué lo más que pude el proyecto de botalón (me olvidé de hacerlo telescópico) y acepté el presupuesto de la calderería Mendiaraiz donde me obligan a comprar 6 metros de tubo de inox 316 de los que solo necesito uno, pero no hay otro remedio. Ellos no trabajan con ese tipo de tubo y no quieren quedarse con retales que probablemente nunca van a necesitar (En otras caldererías consultadas ocurría tres cuartos de lo mismo). La verdad es que son muy amables, pero parece que en esta época andan a tope de trabajo y hoy día 30 sigo sin botalón, a la espera de que “tal vez” esta semana próxima me puedan “hacer un hueco” en producción para fabricar mis cuatro piezas. 

2.       Me decidí (a pesar del precio más elevado) por encargar un asimétrico nuevo y a medida en Gold-Sailing (mi velería habitual), con su saco de maniobra y con un calcetín de segunda mano, que ellos mismos me localizaron, y que me recortarían a la medida de la baluma de la nueva vela. Iñigo, como siempre se portó de maravilla. Se comprometió a hacer la vela, la bolsa y la adaptación del calcetín para el día 28 ¡Y LO HIZO!. El viernes a las 17:30 recogí en Irún todo el conjunto y me lo llevé al puerto de Zumaia, encantado de tenerlo a punto para la regata del sábado. 

Me quedaba hacer algo para cubrir la ausencia de botalón. Compré en una ferretería de Zumaia tres abrazaderas grandes (para diámetros de 60-80mm) y cogí del coche unas eslingas de carraca que suelo utilizar para sujetar cosas en la baca. Tomé el tangón del espí simétrico, lo apoyé encima del escobén, le di por la proa el saliente que había calculado para el botalón de verdad, lo sujeté fuertemente con las abrazaderas al escobén y el extremo posterior lo até sobre cubierta con las eslingas, de manera que no tuviese movilidad lateral. La punta del “botalón” quedó perfectamente centrada en la línea de crujía. Puse allí una polea y utilicé el cabo que anteriormente me había servido como contra del tangón para poder controlar desde la bañera la altura del puño de amura de la nueva vela. El sistema tenía buena pinta y funcionó bien porque era un día de viento flojo. Con viento fuerte es casi seguro que podíamos haber roto el tangón o los remaches de su puntera. Pero contábamos con el favor del parte meteorológico. Van unas fotos del tinglado que monté.





El sábado salimos a la regata sin siquiera haber ensayado una vez la izada del calcetín. No sabíamos si todo funcionaría correctamente y además ninguno teníamos experiencia alguna con un asimétrico (descontando la de la regata anterior con una vela inadecuada, sin botalón y sin calcetín). En fin, salimos animados a “verlas venir…” 

Se trataba de hacer un triángulo saliendo en dirección oeste, entre el espigón de Zumaia y la boya de salida, situada un poco al norte, tomar por estribor la boya Oeste y subir con rumbo NE a una tercera boya para bajar después con rumbo Sur hacia la línea de llegada (la misma de la salida). Serían dos vueltas si el viento lo permitía y en caso contrario el comité daría instrucciones de cambio por radio.

Llegamos a la presalida con unos 20 minutos de antelación y decidimos ir a motor como media milla contra el viento para volver hacia la salida en empopada y ensayar, al menos una vez, la izada del asimétrico. Como era de esperar nos montamos un pequeño lío con las escotas, con el cabo del calcetín etc. pero el spinnaker finalmente se hinchó y funcionó durante unos minutos. 

-¡Vale, vale! Ya sabemos cómo hay que hacerlo para no liarnos luego. ¡Hay que arriar ya! Tenemos que poner la génova para tomar la salida en ceñida.  

Con las prisas ni siquiera nos dimos cuenta de que habíamos izado la vela al revés: El puño de escota y el de amura intercambiados. Arriamos la vela, lo guardamos todo preparado (al revés) para izar luego en regata y desenrollamos la Génova. 

Con viento muy escaso del NW y la línea de salida en orientación N-S, casi toda la flota estaba dirigiéndose en dirección NE-SW hacia el lado derecho de la línea de salida. Todos querían salir cerca de la boya amurados a estribor. El Geldi-Geldi con varios barcos por babor a sotavento venían amurados a estribor hacia la línea de salida. Todos se acercaban muy lentos a la salida. Nosotros estábamos más a barlovento, teníamos el viento más de través y avanzábamos más deprisa. Llegaríamos a la línea antes que la “melé”. ¡Tal vez demasiado antes!. 

Faltando un minuto para la salida, el Txiripa que también estaba en nuestra zona se colocó con la popa justo al costado de la proa del Geldi, que lógicamente hizo valer su derecho (sotavento) advirtiendo del mismo. El Txiripa en consecuencia no pudo aflojar el paso para no verse comprometido con Geldi-Geldi. Se mantuvo delante y consecuentemente se pasó de la línea antes de tiempo. En el Trapaia vimos claramente que o nos pasábamos la línea antes de tiempo o nos echaban de ella los de sotavento. 

Largamos velas para ralentizar y no pasarnos. Disminuyó la velocidad pero íbamos a chocar contra la boya. No cabíamos entre la boya y los otros barcos. ¡Hay que girar! ¡Nos toca a nosotros! Al lado de la boya y prácticamente sobre la prolongación norte de la línea, giramos 360 grados para volver a enfilar la salida. Muy bien, porque todos los demás habían llegado también antes de lo previsto y se habían visto obligados a correr un poco la línea, hacia el sur, antes del toque de salida. Cuando cruzamos la salida, muy cerca de la boya, no había nadie que nos estorbase y sin embargo salimos prácticamente al mismo tiempo que los primeros y más cerca de la boya. El Txiripa entre tanto, que había salido antes de tiempo, regresaba por el otro lado de la línea, para quitarse de en medio y dar la vuelta a la boya tomando de nuevo su salida de forma reglamentaria. 

¡Empieza la carrera!. Viento de proa. Ceñida a rabiar. ¿Qué bordo hacer? Amurados a estribor el bordo era más efectivo en cuanto a VMG, pero amurados a babor, saliendo más afuera, se veía más viento. Nosotros, que salimos como todos amurados a estribor, enseguida optamos por virar. Efectivamente más “arriba” había más viento (decir más arriba o más abajo en la mar es un absurdo lingüístico pero frecuentemente llamamos “arriba” al norte y “abajo” al sur, por la costumbre de verlos así representados en las cartas de navegación, pero según en qué contexto, como en las regatas de bastón, también utilizamos subir para ir de ceñida hacia barlovento y bajar para ir de empopada hacia sotavento). 

Un participante poco habitual era el 747 de Alberto que con un día de viento escaso y mar plana tenían la situación ideal para explotar las prestaciones de un barco tan ligero y regatero, incluso teniendo en cuenta que Alberto no le ha limpiado la obra viva desde hace 2 años (bueno, el viernes por la tarde, mientras yo improvisaba  el tangon-botalón, él se sumergía con unas gafas de buceo y trataba de rascar un poco la abundante “biodiversidad” de la panza de su barco). 

La cosa es que el 747 se fue literalmente “a tomar vientos” en el mejor de los sentidos y los encontró. Nosotros no fuimos tan arriba a buscarlos pero estábamos en la misma línea táctica. Yo sigo pensando que era la opción más correcta, o más razonable, porque se veía claramente que haciendo bordos cerca de la costa había muy poco que rascar.  

Sin embargo ocurrió que el viento roló ligeramente del WNW al NW. Lo suficiente para que los que estaban más abajo empezasen a correr (por supuesto a menos de 2 nudos, pero todo es relativo) hacia la boya. Nosotros bajábamos a un descuartelar, por estar en el momento de rolar más al norte y al oete, y tal vez nuestra velocidad era un nudo más que la de ellos, pero buscando viento nos habíamos alejado demasiado. El 747 con el mismo rumbo que nosotros, y bajando desde más arriba, pero con superior velocidad nos adelantaba. 

El Geldi-Geldi y el Mastabakarra estaban inicialmente mucho más cerca de la boya, pero el 747 los superó y la viró antes que ellos. El Mastabakarra se quedó rezagado, porque arribó o abatió mucho en el bordo de aproximación y hubo de hacer uno muy largo para rebasar la boya dejándola por estribor. Eso lo aprovechamos nosotros para adelantarlo en la virada de la boya y salir hacia la boya norte izando nuestro flamante asimétrico. Más tarde viró la boya el Txiripa y luego el resto de la flota.

Navegábamos felices viendo inflada la nueva vela, cuando Josu, desde el Mastabakarra que nos seguía de cerca, gritó: ¡Lo lleváis al revés! ¡Que está al revés!.

¡Jopé, qué vergüenza! ¡Que tiene razón! ¡Hay que darle la vuelta, intercambiar los puños de atrás a delante y de delante atrás!

Lo curioso y cierto es que, como el rumbo (variando frecuentemente con las roladas) era más de ceñida abierta que de través, el asimétrico al revés no pintaba muy mal… El tener una entrada más plana (por la baluma que es más corta que el gratil y queda más tensa) le va bien para ceñir. A lo mejor hemos hecho un invento, pero me temo que solo valdría con muy poco viento. Con vientos un poco más intensos el tener una salida embolsada tiene que ser muy perjudicial y tiene que producir unas escoradas espectaculares. ¡En fin! ¡Es la novatada del día!

El Mastabakarra nos hizo un favor, que agradecemos, avisando del error, pero lo rentabilizó rápidamente adelantándonos mientras nos entreteníamos cambiando el orden de los puños del spinnaker. Finalmente un poco más adelante vimos que era más rentable arriar y volver a la Génova.

A la boya norte llegó primero el 747 que ya se volvió inalcanzable incluso para Geldi-Geldi que con un rating similar (una centésima superior) intentaba seguirlo. El 747 con las condiciones reinantes tenía todas las cartas a su favor. Detrás de Geldi-Geldi llegó a la Norte el Mastabakarra y después llegamos el Trapaia y el Txiripa. 

Empieza la empopada para bajar a Zumaia. Izamos los spinnakers nada más doblar la boya norte. Nosotros esta vez lo hicimos todavía con poca soltura, pero en la posición correcta y empezamos a practicar… 

Es muy diferente de un espí simétrico. No funciona por empuje, sino por flujo laminar por ambas caras, como un Génova. Para un simétrico lo importante es el viento real, mientras para un asimétrico el viento fundamental es el aparente. Cuando pretendemos aproximarnos lo más posible a la popa cerrada (el 180 es imposible) primero tenemos que crear aparente orzando un poco y cazando algo la escota, para después ir amollando a medida que  vamos arribando. Pero hay que mantener un difícil equilibrio para sostener el aparente. Cuando rebasamos el límite o se produce una variación del viento (rolada o variación de intensidad) el aparente desaparece, la vela entra en pérdida y el barco empieza a pararse. Orzar, cazar y empezar de nuevo con delicadeza arribando y largando la escota. También tiene su cosilla lo de regular la altura del puño de amura. Ya le iremos cogiendo el tranquillo.

El Geldi-Geldi y más adelante el 747 iban con asimétricos y ya no nos parecían alcanzables en tiempo real. Nos quedaba la posibilidad de ganarles por rating. ¡Nos preocupaba más el Mastabakarra, que también navegaba con asimétrico enseñándonos su popa y con un rating más bajo que el nuestro! ¡Ojo con ese barco que parece un competidor serio! Pero también nos preocupaba el Txiripa que con su espí simétrico rosa se nos iba acercando por la popa. ¡Emocionante y divertido!

En esto, el Comité decidió que la cosa iba muy lenta y acortó entonces la prueba. En vez de dos vueltas al triángulo, la segunda se reduciría a ir a la boya del oeste y volver directamente a meta de llegada.

El Mastabakarra no acertó con los rumbos y los bordos en la empopada. Claramente se quedó estancado. El Txiripa sí nos seguía pero no conseguía rebasarnos. A la boya de Zumaia llegaron primero 747 y Geldi. Después nosotros con el Trapaia y detrás creo que primero el Txiripa y después Mastabakarra (no estoy muy seguro de estos dos últimos, pero en cualquier caso lo hicieron muy juntos). No puedo comentar nada del resto de la flota, porque yo realmente es que no la veía.

Comienza de nuevo la ceñida hacia la boya del oeste, pero en condiciones claramente mejores que la primera vez. Algo más de viento y además un poco más rolado hacia el norte, lo que facilitaba un rumbo directo o casi directo, aprovechando bien las pequeñas roladas a la derecha. Ahí dejamos bastante rezagados al Txiripa y al Mastabakarra y nos aproximamos un poco a los de delante. 

Viramos la boya del oeste en el mismo orden que la primera vez: 747, Geldi-Geldi, Trapaia, Mastabakarra, Txiripa… y resto. Digo “resto” porque estaban muy lejos y repito que no podía seguir su regata, bastante tenía con la nuestra y con los 4 competidores directos que estaban más cerca. 

Esta vez la virada y la izada del asimétrico fue un éxito rápido y sin líos ni equivocaciones. La tripulación aprende pronto. Y de nuevo el bonito juego de seguir al viento aparente y mantenerlo, pero en este rumbo era más fácil, o tal vez lo hacíamos mejor y el barco iba de maravilla. Pronto nos dimos cuenta de que podríamos obtener suficiente ventaja sobre Mastabakarra y Txiripa (al que vimos con problemas en la izada del espí) como para ganarles a pesar de su rating más bajo. También pensábamos que la ventaja del Geldi-Geldi podría no ser suficiente para ganarnos. No lo teníamos tan claro con el 747 que lo veíamos demasiado lejos. 

En el regreso a meta nos fuimos cruzando con toda la flota: Mastabakarra, Txiripa, D&j, El Bocal y Maixu que no tuvo su día bueno e iba renegando de que todo le estaba saliendo fatal ese día. ¡Tranquilo Kastor… otro día será el bueno!

Cuando cruzamos con El Bocal, Julio nos sacó unas fotos navegando con el nuevo espí. Afortunadamente en este bordo ya lo teníamos bastante bien controlado y pintaba muy bien. Ahí van esas fotos.






Finalmente el 747 ganó en tiempo real sacándole cinco minutos y medio al Geldi-Geldi y este otros seis minutos al Trapaia. Nosotros le sacamos trece minutos al Mastabakarra y este dos al Txiripa, que ya le estaba alcanzando, recuperando el tiempo perdido, pero no tuvo suficiente regata para conseguirlo.

En tiempo compensado gana de nuevo el Trapaia, seguido por 747, Mastabakarra, Txiripa, Geldi-Geldi, El Bocal y Maixu. El D&j se retiró.

Podéis ver la clasificación de la regata, la general de la liga y la “general arreglada” descartando dos regatas por barco, pinchando en el enlace:

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