miércoles, 4 de abril de 2012

Regata Olarru Cup 31.03.12 (La traca final)


Todo llega y todo pasa, pero lo nuestro es pasar, pasar haciendo caminos, caminos sobre la mar (A. Machado).
Efímeros caminos, estelas en la mar, caminos de la vida que, como decía Machado, nunca están trazados, se hacen al andar.
La Olarru Cup va trazando su estela, hace camino al andar y aunque la estela se borre, el barco sigue en su rumbo y poco a poco, sin prisas pero sin pausas, va navegando esta actividad del Club Nautico Zumaia y parece que vamos alcanzando boyas… Ya hemos cruzado la línea de llegada de la última regata de la 2ª edición de la Olarru Cup. ¡Un éxito de todos los participantes y especialmente de los que más se han ocupado en organizarla!.
Y ¿Cómo fue la última regata?.
Pues el tiempo era muy agradable, primaveral, soleado, con una ligera bruma y casi con calorcito. Pero el viento era muy escaso y las predicciones muy variadas e incluso contradictorias. Así que, como queríamos hacer después de la regata una comida “fin de fiesta” y que esta no fuese demasiado tarde, decidimos hacer una regata corta. Un “bastón” entre dos boyas a 1,5 millas de distancia, es decir una regata de 3 millas, para la que se concedía un tiempo límite de ¡3horas!. Salida a las 11h, a fin de terminar antes de las 14h y estar comiendo sobre las 14:30. Realmente pensábamos todos que la regata de despedida iba a ser lenta, muy lenta…
Seis barcos en regata: Odin, D&J, Trapaia, Txiripa, Maixu y Geldi-Geldi. Echamos de menos al Bocal en la regata y a Julio y a Yoli tanto en el agua como en la comida.
En el Trapaia nos retrasamos un poco a la hora de salir del puerto, porque nos entretuvimos a la hora de meter en el GPS las coordenadas de las boyas, ya que alguien (QUIERO CREER QUE SIN AVIESA INTENCIÓN) nos dio mal las coordenadas y nos dimos cuenta a tiempo. La posición de boya que nos habían dado está unas ocho millas tierra adentro, lugar difícilmente alcanzable, ya que la ría de Zumaia no es navegable para veleros… Así que lo consultamos, lo corregimos y salimos algo apurados de tiempo para llegar a la salida.  Pero resulta que además teníamos un desfase de 3 minutos entre el reloj del Comité de salida y todos los relojes que teníamos a bordo (que coincidían en la hora, incluyendo el del GPS). Cuando estábamos a las 10:55 (de nuestros relojes) cerca de la línea de salida y tratando de tomar la posición adecuada, paramos el motor y pusimos el canal 69 (llevábamos el 74, porque habíamos estado oyendo el parte meteorológico para aguas costeras).
En ese momento el Geldi-Geldi nos amonestó por radio y entonces nos enteramos de que la señal de los 5 minutos se había dado ya 2 ó 3 minutos antes de la hora establecida. Al menos otros dos barcos (Maixu y Odin) todavía llevaban el motor en marcha, seguramente por el mismo motivo del desfase de relojes. Pedimos perdón por no haber tenido sintonizado el canal adecuado. El Comité hizo un poco de “vista gorda” y dio la salida por válida, ya que finalmente todos los motores estaban parados 2 ó 3 minutos antes de la salida.
Quizá nos favorecimos un poco con esto, a efectos de tomar posición de salida en el rumbo que nosotros deseábamos, pero al menos en el caso del Trapaia, tengo que decir que no nos beneficiamos en absoluto de la arrancada obtenida con el motor, ya que cuando lo paramos íbamos en dirección de alejarnos de la línea de salida hacia el oeste, entre otras razones porque pensábamos que aún faltaban 5 minutos. Después, a vela,  tuvimos que virar 180 grados para enfilar la salida, con lo cual perdimos evidentemente cualquier vestigio de la inercia obtenida con el motor y salimos, como todos, aprovechando como pudimos el leve soplo reinante y el aprovechamiento del balanceo del barco. Pero, eso sí, habiendo escogido el rumbo de salida adecuado, ya que de través a la pequeña ola de fondo se aprovecha mejor el viento del balanceo. La cuestión es que por fin el Trapaia consiguió, por primera y única vez en toda la liga Olarru, salir el primero en una regata. En las demás hemos salido casi siempre entre los últimos y después hemos tenido que ir remontando posiciones de toda la flota. Por fin hicimos una salida buena, aunque seguramente Pedro dirá que gracias a lo del motor (Y algo de razón tiene… ¡Je, je!).

Secuencia de la salida vista desde el Trapaia


Extraño rumbo parece el de Geldi-Geldi...




Con un viento próximo a los CERO nudos, una línea de salida de menos de 30 metros (“Putadita” de Josean para poner a prueba los nervios de los regatistas) y seis barcos en regata, se formó un embudo sensacional en la línea. El Trapaia consiguió alcanzar y atravesar la línea un poco antes que el resto y acto seguido viró a babor para aprovechar un ligero soplo que venía del norte, aún alejándose del rumbo de boya, pero al fin y al cabo “navegando” y saliendo poco a poco del embrollo que se formó en la línea.
Pudimos ver y fotografiar el grupo de barcos casi sin arrancada (y por ende casi sin gobierno) que intentaban tomar la salida, a duras penas, porque el poco viento que había se lo rifaban y se lo robaban unos a otros… hasta que el Maixu de Kastor consiguió ser el segundo en salir de la línea y del grupo, en persecución del Trapaia.

El Maixu intenta marcar al Trapaia

Parecía como si la línea de salida hubiera estado posicionada intencionadamente en el punto de menos viento de toda la zona, porque el Trapaia perseguido por el Maixu avanzaba aunque muy lentamente (en torno a 0,5 nudos), mientras los demás parecían condenados a no llegar nunca  ¡a la línea de salida!. Entonces fue cuando Pedro dijo por la radio “Patxi, retírate a ver si sale viento”, a lo que Patxi respondió desde el Txiripa “¡Joé!, Pedro, espera a que consigamos tomar la salida…” Así estaban las cosas, sin viento pero sin perder el buen humor.

En primer plano el Odin y por detras, en bordo opueto el D&J
El Maixu intentando darnos caza utilizando el spinaker asimétrico
Y resultó que esta vez no hizo falta que el Txiripa se retirase para que el viento surgiera, porque pasados unos minutos pudimos ver con inmensa alegría como se dibujaba el rizo de la mar por el noroeste. Una franja oscura de la superficie, que se veía claramente acercándose a nosotros. ¡Ya viene, ya viene, la racha, la racha del noroeste!, gritamos para contribuir a la alegría general.  Y ¡Vaya viento fantástico!. Un NW entablado de 10 a 14 nudos que nos hizo vivir las delicias de la mañana. Sin olas, sin frío, y navegando con el aparente  sobre los 40º por la amura de babor, en una ceñida no demasiado cerrada, alcanzamos a rumbo directo la boya norte, viramos y volvimos hacia la salida con un viento aparente algo más abierto, sobre los 60º por la amura de estribor. ¡Qué gozada, se va a terminar la regata demasiado pronto!. Deberíamos proponer que sean dos vueltas en lugar de una…, íbamos comentando, mientras nos comíamos unos pinchitos con tortilla de jamón que Alberto nos había traído preparados.
A todo esto, tras la entrada en escena del viento NW, el Geldi-Geldi se puso las pilas y rápidamente se metió en la persecución del Maixu y del Trapaia, consiguiendo Finalmente superar al Maixu, pero se equivocó en la entrada de meta, tomando la línea al revés, de sur a norte en vez de norte a sur, lo que le valió, durante la posterior comida, la inevitable tomadura de pelo por parte del colectivo y especialmente por parte de Josean, que prometió organizar en el Club un cursillo específico para que todo regatista sepa por donde está el sur… . Además el Maixu aprovechó la circunstancia para colarse por delante y cruzar la meta en segundo lugar, mientras Pedro giraba para volver a entrar por el lado reglamentario. 
Terminada la prueba, el viento continuaba soplando y la navegación era tan agradable que nadie tenía ganas de ir al puerto. El Trapaia, al ser el primero en terminar la regata, tenía el compromiso de ir a recoger la boya norte. La verdad es que incluso nos apetecía mucho volver hasta allí por continuar disfrutando.
Fuimos a por la boya y llegados a ella aprovechamos para intentar cobrarla maniobrando a vela, es decir virar, acuartelar la Génova, timón a barlovento (la caña a sota), la mayor muy abierta y dejar el barco al pairo, para recoger la boya sin arriar y sin motor. Al segundo intento conseguimos pairear el barco justamente pegado a la boya, por la amura de estribor y a sotavento de la misma, engancharla con el bichero e izarla a bordo, cobrando después los ochenta metros de cabo y levando el muerto sobre cubierta. Todo ello sin encender el motor y con unos doce nudos de viento real. Es conveniente entrenar de vez en cuando este tipo de  maniobras. En un momento dado, nos puede servir para un rescate de “hombre al agua”.
Varios barcos continuaron navegando después de terminar la regata y tanto durante la misma como en el tiempo siguiente, aprovechamos para tomar bonitas instantáneas de algunos de ellos.

Para que no diga Kastor que nunca le sacamos foto cuando lleva bien el asimétrico

Impresionante bordo del Txiripa

Otra "posse" del Txiripa
Odín seguido por el D&J

El Odin desde más cerca
Y dos fotos para el D&J


Y otra más del Txiripa que, terminada la regata, se lo estaba pasando "pipa"
Esta vez hay que reseñar que el Maixu (Una vez más patroneado por Kastor en solitario) no rompió nada, no tuvo que nadar para desenredar la hélice antes de la salida, ni se le paró el motor después de la regata, ni le falló el piloto automático, ni tuvo problemas para izar o arriar el asimétrico y además hizo una magnífica regata y llegó al pantalán con una sonrisa de oreja a oreja.

De izda. a dcha. Alberto, Eneko y Josu. La imbatible tripulación del Trapaia
Y aquí al completo con el patrón incluido
Finalmente tuvo lugar la comida final de la liga Olarru Cup, en el local del Club. Como no hay cocina se encargaron y se trajeron de un bar tortillas de patata, pollos asados, ensaladas y tartas heladas . Por delante un poco de jamón y por detrás los cafés (cafetera si tenemos) y por supuesto los consabidos gintonics, ginkases, cubatas, etc. Lectura de la clasificación, reparto de premios (para todos iguales),  encuesta de sugerencias, planes de futuro, risas, discusiones, fotos, esposas y niños de navegantes pululando por allí, buen rollito y despedida (hasta mañana, no más por ejemplo, que nos veremos de nuevo en el pantalán…). Van unas cuantas fotos que no precisan comentarios.












Pero, decidme: ¿Alguno de vosotros no sintió después de la comida del sábado, cuando nos despedíamos, un cierto temblor del corazón, como una mezcla de alegría por lo bien que lo hemos pasado, sobre todo por las emociones que hemos compartido, y a la vez un poco de tristeza porque se ha terminado?.
¡No preocuparse!. Hay mucho mar para seguir trazando estelas y las trazaremos y sobre todo seguiremos compartiendo el sentimiento de aventura inherente a la pasión de navegar a vela.  

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