Todo llega y todo pasa, pero lo nuestro es pasar, pasar
haciendo caminos, caminos sobre la mar (A. Machado).
Efímeros caminos, estelas en la mar, caminos de la vida que,
como decía Machado, nunca están trazados, se hacen al andar.
La Olarru Cup va trazando su estela, hace camino al andar y
aunque la estela se borre, el barco sigue en su rumbo y poco a poco, sin prisas
pero sin pausas, va navegando esta actividad del Club Nautico Zumaia y parece que
vamos alcanzando boyas… Ya hemos cruzado la línea de llegada de la última
regata de la 2ª edición de la Olarru Cup. ¡Un éxito de todos los participantes
y especialmente de los que más se han ocupado en organizarla!.
Y ¿Cómo fue la última regata?.
Pues el tiempo era muy agradable, primaveral, soleado, con
una ligera bruma y casi con calorcito. Pero el viento era muy escaso y las
predicciones muy variadas e incluso contradictorias. Así que, como queríamos
hacer después de la regata una comida “fin de fiesta” y que esta no fuese
demasiado tarde, decidimos hacer una regata corta. Un “bastón” entre dos boyas
a 1,5 millas de distancia, es decir una regata de 3 millas, para la que se
concedía un tiempo límite de ¡3horas!. Salida a las 11h, a fin de terminar
antes de las 14h y estar comiendo sobre las 14:30. Realmente pensábamos todos
que la regata de despedida iba a ser lenta, muy lenta…
Seis barcos en regata: Odin, D&J, Trapaia, Txiripa,
Maixu y Geldi-Geldi. Echamos de menos al Bocal en la regata y a Julio y a Yoli
tanto en el agua como en la comida.
En el Trapaia nos retrasamos un poco a la hora de salir del
puerto, porque nos entretuvimos a la hora de meter en el GPS las coordenadas de
las boyas, ya que alguien (QUIERO CREER QUE SIN AVIESA INTENCIÓN) nos dio mal
las coordenadas y nos dimos cuenta a tiempo. La posición de boya que nos habían
dado está unas ocho millas tierra adentro, lugar difícilmente alcanzable, ya
que la ría de Zumaia no es navegable para veleros… Así que lo consultamos, lo
corregimos y salimos algo apurados de tiempo para llegar a la salida. Pero resulta que además teníamos un desfase
de 3 minutos entre el reloj del Comité de salida y todos los relojes que
teníamos a bordo (que coincidían en la hora, incluyendo el del GPS). Cuando
estábamos a las 10:55 (de nuestros relojes) cerca de la línea de salida y
tratando de tomar la posición adecuada, paramos el motor y pusimos el canal 69
(llevábamos el 74, porque habíamos estado oyendo el parte meteorológico para
aguas costeras).
En ese momento el Geldi-Geldi nos amonestó por radio y
entonces nos enteramos de que la señal de los 5 minutos se había dado ya 2 ó 3
minutos antes de la hora establecida. Al menos otros dos barcos (Maixu y Odin)
todavía llevaban el motor en marcha, seguramente por el mismo motivo del
desfase de relojes. Pedimos perdón por no haber tenido sintonizado el canal
adecuado. El Comité hizo un poco de “vista gorda” y dio la salida por válida, ya
que finalmente todos los motores estaban parados 2 ó 3 minutos antes de la
salida.
Quizá nos favorecimos un poco con esto, a efectos de tomar
posición de salida en el rumbo que nosotros deseábamos, pero al menos en el
caso del Trapaia, tengo que decir que no nos beneficiamos en absoluto de la
arrancada obtenida con el motor, ya que cuando lo paramos íbamos en dirección
de alejarnos de la línea de salida hacia el oeste, entre otras razones porque
pensábamos que aún faltaban 5 minutos. Después, a vela, tuvimos que virar 180 grados para enfilar la
salida, con lo cual perdimos evidentemente cualquier vestigio de la inercia obtenida
con el motor y salimos, como todos, aprovechando como pudimos el leve soplo
reinante y el aprovechamiento del balanceo del barco. Pero, eso sí, habiendo
escogido el rumbo de salida adecuado, ya que de través a la pequeña ola de
fondo se aprovecha mejor el viento del balanceo. La cuestión es que por fin el
Trapaia consiguió, por primera y única vez en toda la liga Olarru, salir el
primero en una regata. En las demás hemos salido casi siempre entre los últimos
y después hemos tenido que ir remontando posiciones de toda la flota. Por fin hicimos
una salida buena, aunque seguramente Pedro dirá que gracias a lo del motor (Y
algo de razón tiene… ¡Je, je!).
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Secuencia de la salida vista desde el Trapaia |
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Extraño rumbo parece el de Geldi-Geldi... |
Con un viento próximo a los CERO nudos, una línea de salida de
menos de 30 metros (“Putadita” de Josean para poner a prueba los nervios de los
regatistas) y seis barcos en regata, se formó un embudo sensacional en la
línea. El Trapaia consiguió alcanzar y atravesar la línea un poco antes que el
resto y acto seguido viró a babor para aprovechar un ligero soplo que venía del
norte, aún alejándose del rumbo de boya, pero al fin y al cabo “navegando” y
saliendo poco a poco del embrollo que se formó en la línea.
Pudimos ver y fotografiar el grupo de barcos casi sin
arrancada (y por ende casi sin gobierno) que intentaban tomar la salida, a
duras penas, porque el poco viento que había se lo rifaban y se lo robaban unos
a otros… hasta que el Maixu de Kastor consiguió ser el segundo en salir de la
línea y del grupo, en persecución del Trapaia.
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El Maixu intenta marcar al Trapaia |
Parecía como si la línea de salida hubiera estado
posicionada intencionadamente en el punto de menos viento de toda la zona,
porque el Trapaia perseguido por el Maixu avanzaba aunque muy lentamente (en
torno a 0,5 nudos), mientras los demás parecían condenados a no llegar
nunca ¡a la línea de salida!. Entonces
fue cuando Pedro dijo por la radio “Patxi, retírate a ver si sale viento”, a lo
que Patxi respondió desde el Txiripa “¡Joé!, Pedro, espera a que consigamos tomar
la salida…” Así estaban las cosas, sin viento pero sin perder el buen humor.
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En primer plano el Odin y por detras, en bordo opueto el D&J |
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El Maixu intentando darnos caza utilizando el spinaker asimétrico |
Y resultó que esta vez no hizo falta que el Txiripa se
retirase para que el viento surgiera, porque pasados unos minutos pudimos ver
con inmensa alegría como se dibujaba el rizo de la mar por el noroeste. Una
franja oscura de la superficie, que se veía claramente acercándose a nosotros.
¡Ya viene, ya viene, la racha, la racha del noroeste!, gritamos para contribuir
a la alegría general. Y ¡Vaya viento
fantástico!. Un NW entablado de 10 a 14 nudos que nos hizo vivir las delicias
de la mañana. Sin olas, sin frío, y navegando con el aparente sobre los 40º por la amura de babor, en una
ceñida no demasiado cerrada, alcanzamos a rumbo directo la boya norte, viramos
y volvimos hacia la salida con un viento aparente algo más abierto, sobre los
60º por la amura de estribor. ¡Qué gozada, se va a terminar la regata demasiado
pronto!. Deberíamos proponer que sean dos vueltas en lugar de una…, íbamos
comentando, mientras nos comíamos unos pinchitos con tortilla de jamón que
Alberto nos había traído preparados.
A todo esto, tras la entrada en escena del viento NW, el
Geldi-Geldi se puso las pilas y rápidamente se metió en la persecución del
Maixu y del Trapaia, consiguiendo Finalmente superar al Maixu, pero se equivocó
en la entrada de meta, tomando la línea al revés, de sur a norte en vez de
norte a sur, lo que le valió, durante la posterior comida, la inevitable
tomadura de pelo por parte del colectivo y especialmente por parte de Josean, que
prometió organizar en el Club un cursillo específico para que todo regatista sepa
por donde está el sur… . Además el Maixu aprovechó la circunstancia para
colarse por delante y cruzar la meta en segundo lugar, mientras Pedro giraba
para volver a entrar por el lado reglamentario.
Terminada la prueba, el viento continuaba soplando y la
navegación era tan agradable que nadie tenía ganas de ir al puerto. El Trapaia,
al ser el primero en terminar la regata, tenía el compromiso de ir a recoger la
boya norte. La verdad es que incluso nos apetecía mucho volver hasta allí por
continuar disfrutando.
Fuimos a por la boya y llegados a ella aprovechamos para intentar
cobrarla maniobrando a vela, es decir virar, acuartelar la Génova, timón a
barlovento (la caña a sota), la mayor muy abierta y dejar el barco al pairo,
para recoger la boya sin arriar y sin motor. Al segundo intento conseguimos
pairear el barco justamente pegado a la boya, por la amura de estribor y a
sotavento de la misma, engancharla con el bichero e izarla a bordo, cobrando
después los ochenta metros de cabo y levando el muerto sobre cubierta. Todo
ello sin encender el motor y con unos doce nudos de viento real. Es conveniente
entrenar de vez en cuando este tipo de
maniobras. En un momento dado, nos puede servir para un rescate de
“hombre al agua”.
Esta vez hay que reseñar que el Maixu (Una vez más
patroneado por Kastor en solitario) no rompió nada, no tuvo que nadar para
desenredar la hélice antes de la salida, ni se le paró el motor después de la
regata, ni le falló el piloto automático, ni tuvo problemas para izar o arriar
el asimétrico y además hizo una magnífica regata y llegó al pantalán con una
sonrisa de oreja a oreja.
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De izda. a dcha. Alberto, Eneko y Josu. La imbatible tripulación del Trapaia |
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Y aquí al completo con el patrón incluido |
Finalmente tuvo lugar la comida final de la liga Olarru Cup, en el
local del Club. Como no hay cocina se encargaron y se trajeron de un bar tortillas de patata, pollos
asados, ensaladas y tartas heladas . Por delante un poco de jamón y por detrás
los cafés (cafetera si tenemos) y por supuesto los consabidos gintonics, ginkases,
cubatas, etc. Lectura de la clasificación, reparto de premios (para todos iguales), encuesta de sugerencias, planes de futuro,
risas, discusiones, fotos, esposas y niños de navegantes pululando por allí, buen
rollito y despedida (hasta mañana, no más por ejemplo, que nos veremos de nuevo
en el pantalán…). Van unas cuantas fotos que no precisan comentarios.
Pero, decidme: ¿Alguno de vosotros no sintió después de la
comida del sábado, cuando nos despedíamos, un cierto temblor del corazón, como
una mezcla de alegría por lo bien que lo hemos pasado, sobre todo por las
emociones que hemos compartido, y a la vez un poco de tristeza porque se ha
terminado?.
¡No preocuparse!. Hay mucho mar para seguir trazando estelas
y las trazaremos y sobre todo seguiremos
compartiendo el sentimiento de aventura inherente a la pasión de
navegar a vela.
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